En la película El
árbol de la vida, Jack es un niño que vive con su familia, aproximadamente
en los años 60. Su madre, encarna el cariño, ternura y suavidad característicos
de la figura materna. Mientras tanto su padre es un personaje bastante severo,
quien se empeña en enseñar a sus tres hijos todo lo que tienen que hacer y
controlar sus vidas.
A lo largo del filme, observamos los cambios del niño
durante su vida, sus trastornos de personalidad y varios hechos que lo marcaron
para siempre. Cuando Jack se hace adulto evoca dichos sucesos, y estos influyen
en su manera de actuar. Se siente perdido en el mundo
moderno, y está en busca de respuestas sobre el origen y significado de la
vida, a la vez que cuestiona la existencia de la fe.
La imagen
es la encargada de darle vida a esta historia de drama, porque ella enmarca el
paso del tiempo que constituye al árbol de la vida. Es a través de las imágenes
podemos observar no sólo cómo cambia el contexto de los hechos, también el
carácter de los personajes. Jack por ejemplo, en un principio tuvo una infancia
tranquila. La llegada de sus hermanos no alteró su comportamiento notablemente.
Fueron los acontecimientos con el paso de los años, los que dieron origen a las
transformaciones. La muerte es un factor clave. Algunas tomas transmiten dicha
sensación de tristeza y vacío luego del fallecimiento de un amigo. Después,
pudimos ver imágenes que dejan una impresión a ausencia, pero también a calma,
a felicidad. Estas son producto de la paz que sintió en su hogar mientras su
padre estuvo de viaje. En otros momentos, cuando la historia se torna violenta
y pesada, las imágenes sombrías toman el control.
De esta
manera, durante toda la película las imágenes son las encargadas de hablar. Con
un lenguaje más visual que verbal, se hace muy interesante cada toma, cada
espacio recorrido y cada uno de los elementos empleados en su captura.
La
naturaleza juega un papel importante en el desarrollo de esta historia. Es el
tapiz de las imágenes. Los cielos, las plantas, los mares, los atardeceres,
etc, indican en un principio la época por la que se atraviesa, con una
arquitectura sencilla y un ambiente más clásico, como para la niñez de Jack en
la década de los 50 o 60.
Cuando
Jack es adulto, observamos un panorama más actual. Edificios de gran magnitud,
cambios en la ambientación, en la naturaleza y en la visión general.
En
conclusión, las imágenes son de vital importancia en este filme, porque ocupan
un espacio más amplio que el hablado, porque materializan el paso del tiempo
que es su tema central y porque debido a su alta calidad, impactan al
espectador.
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